En la Jornada de Invierno 2016 de la Fundación Diakonía se trató un tema capital: “La cultura genital de nuestra época y como afecta nuestras vidas”. La calidad de los conferenciantes, la amplia participación del público, y el contenido de los temas nos iluminó para afrontar uno los desafíos de nuestra época. En este número presentamos un breve resumen de lo expuesto.
Sabemos que la pornografía está alterando nuestra vida social y sexual. Nuestra cultura está obsesionada con el sexo y la genitalidad. Cada uno de nosotros está en mayor o menor medida afectado por este fenómeno envolvente. Nadie está exento. Niños, jóvenes, adultos y ancianos sufren sus distintas consecuencias, aunque los jóvenes pareciera que aún llevan más las de perder.
Por consiguiente, es tarea de los padres y madres comprender el fenómeno actual y estar atentos a las necesidades de los niños y adolescentes, estando presentes y teniendo un verdadero rol protagónico como padres.
Es tarea de los educadores (maestras y profesores) conocer las distintas formas de aprender de los niños y jóvenes actuales, los efectos en su vida de la realidad familiar en la que están inmersos, y velar por su desarrollo integral.
Es tarea de los consejeros espirituales asesorar, dirigir, estimular, e impulsar a cada joven, discerniendo en qué situación se encuentra cada uno de ellos y considerando que el centro de la pastoral es la personalidad humana, y que ésta es íntegra, inagotable y necesitada de una Palabra de Dios que ilumine su vida.
No es un momento para juzgar y acusar a los demás. Es un momento privilegiado para auto-examinarse y aprender a elegir “aquello que a Dios más le gusta”.
Artículo extraído de:
La voz del Peregrino
Ejemplar Septiembre 2016
Autor: Fernando Piñeiro