En la Argentina, nunca se sabe muy bien qué pasa. Hay dos versiones de las cosas, por lo menos dos. Hice una pequeña lista, aunque en realidad uno podría llenar un cuaderno. ¿Hay pobres o no hay pobres en la Argentina? Las estadísticas oficiales afirman que la pobreza alcanza más o menos al 6% de la población; pero resulta que el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica, que trabaja con métodos científicos indiscutibles, dice que llega al 27%. Una cosa o la otra. Ni hablar de la pobreza infantil, que llega a cifras escandalosas.
Hay un caso reciente: el jugador Carlos Tevez va a su Provincia de Formosa y luego declara que ha quedado impresionado por la miseria que ha visto allí, y por el contraste social. Ese atrevimiento le valió ataques e insultos terribles. La miseria no la inventó sino que la vio, es innegable. Además dijo cosas lindas acerca de los valores y demás.
La cuestión acerca de la miseria o la pobreza tiene mucho que ver con lo que los economistas sostienen sobre la situación de las economías regionales; indican que están en la ruina o, por lo menos, seriamente deterioradas.
Entonces: ¿dónde hay trabajo? Hay cifras oficiales que hablan del descenso del desempleo, y es verdad que ha descendido el desempleo y me pregunto si hablamos de trabajo genuino o si la falta de trabajo se cubre simplemente con subsidios. El Estado tiene que estar presente, tiene que ayudar a los necesitados con subsidios y con todo lo que pueda, pero San Pablo dice, en una de sus cartas, así como al pasar, que el que no quiera trabajar que tampoco coma porque lo normal, lo justo, lo digno para el hombre es ganar el pan con el sudor de su frente. Trabajo genuino implica crecimiento real de todos los órdenes de la economía, desarrollo, y con una intención especial por la formación y la incorporación de los jóvenes al mundo laboral.
Otro ejemplo de que nunca se saben bien qué pasa: “¿esta persona es varón o es mujer?” Ah, no se sabe muy bien, porque tiene todos los atributos del varón pero se viste de mujer, quiere ser mujer y se la considera tal o al revés. Y ahora esta confusión se ha legalizado, y el INADI vigila para que nadie niegue la nueva versión de la realidad.
Dos versiones. Me acuerdo de una frase de Perón: la única verdad es la realidad. Más allá del uso que se puede hacer de esa frase, pienso que Sócrates o Aristóteles estarían de acuerdo. La realidad es la única verdad porque las cosas son como son y la verdad no es la afirmación estratosférica de mis ideas sino lo que existe en realidad, lo que algo es o debe ser.
Este un problema acerca de la verdad. ¿Qué quiere decir eso que se miente mucho? Sí, se miente bastante, y a lo mejor lo que hay es una alteración de la mirada de tal modo que no se puede ver la realidad o que se la ve con anteojeras ideológicas. Esta es una de las causas principales de la discordia en la Argentina, de la persistente discordia que nos paraliza y nos frustra. No se sabe cómo son las cosas porque hay versiones diversas. Hay que ponerse de acuerdo con referencia a la verdad, y a la realidad. Allí está el principio de la concordia.
Artículo extraído de:
La voz del Peregrino
Ejemplar Diciembre 2015
Autor: Héctor Aguer, arzobispo de La Plata